La bomba de tiempo en tus zapatos: Por qué el mal calzado destruye tus pies en diabéticos

Para quienes viven con diabetes, el control de los niveles de glucosa en sangre suele ser la prioridad número uno. Sin embargo, existe un aspecto del cuidado de la salud que, a menudo subestiman, puede tener consecuencias devastadoras: la salud de los pies. Particularmente, la elección del calzado y la forma de pisar son factores críticos que pueden marcar la diferencia entre unos pies sanos y la aparición de úlceras, una de las complicaciones más graves y frecuentes de la diabetes. Sorprendentemente, muchos pacientes diabéticos aún no son plenamente conscientes de esta conexión vital o no le otorgan la atención que merece. Este artículo busca arrojar luz sobre esta realidad y enfatizar por qué ignorar el calzado y la pisada puede ser un error con graves repercusiones.

El trío peligroso: mal calzado, callos y mala pisada

En el pie diabético, la neuropatía (daño a los nervios) y la enfermedad vascular periférica (mala circulación) crean un escenario de vulnerabilidad. En este contexto, lo que para una persona sin diabetes podría ser una pequeña molestia, para un diabético puede desencadenar una cascada de problemas:

• El mal calzado: un enemigo oculto: Zapatos demasiado ajustados, con costuras internas prominentes, tacones altos, o incluso aquellos que ya han perdido su forma original pueden generar puntos de presión anormales en el pie. La neuropatía puede hacer que estos roces constantes pasen desapercibidas hasta que el daño ya está hecho. Un zapato inadecuado se convierte así en una «herramienta de tortura» silenciosa para el pie diabético.
• El comienzo insidioso del callo: La presión repetida sobre una zona del pie, a menudo por un mal calzado o una pisada incorrecta, lleva a la formación de callos. Estos engrosamientos de la piel, aunque parezcan inofensivos, pueden ocultar hemorragias internas y convertirse en la puerta de entrada para una úlcera. Al no haber sensibilidad normal, el paciente puede ignorar el crecimiento del callo hasta que se convierte en un problema mayor.
• La mala pisada: distribución anormal de fuerzas: Una pisada incorrecta, ya sea por deformidades preexistentes en el pie (como juanetes o dedos en martillo) o por debilidad muscular asociada a la neuropatía, provoca una distribución desigual del peso al caminar. Esto concentra la presión en áreas específicas del pie, aumentando el riesgo de formación de callos y, posteriormente, de úlceras.

La subestimación del riesgo: ¿Por qué se ignora lo evidente?

A pesar de la clara conexión entre el calzado inadecuado, los callos y las úlceras, muchos pacientes diabéticos no priorizan este aspecto de su cuidado. Algunas de las razones pueden incluir:

• Falta de conciencia: No todos los pacientes reciben información detallada y constante sobre la importancia del calzado y la pisada desde el momento del diagnóstico.
• Negación o subestimación: Algunos pueden pensar que «a mí no me va a pasar» o que «un zapato viejo pero cómodo no puede hacer daño.

Las consecuencias de la negligencia: un pie en riesgo

Ignorar la importancia del calzado y la pisada en el pie diabético puede tener consecuencias devastadoras:

• Úlceras: La formación de heridas que pueden infectarse gravemente.
• Infecciones: Que pueden extenderse al hueso (osteomielitis) y requerir tratamientos prolongados con antibióticos e incluso cirugía.
• Amputación: En los casos más graves, la única opción para detener una infección incontrolable puede ser la amputación de un dedo, parte del pie o incluso la pierna.
• Disminución de la calidad de vida: El dolor crónico, la limitación de la movilidad y la angustia emocional impactan significativamente la vida del paciente.
• Aumento de los costos sanitarios: El tratamiento de las complicaciones del pie diabético genera enormes costos para el sistema de salud.

Un llamado a la acción: 

Es fundamental que las personas con diabetes tomen conciencia de que el cuidado del calzado y la atención a su forma de pisar no son lujos, sino necesidades esenciales para preservar la salud de sus pies y su calidad de vida. Esto implica:

• Exámenes Regulares: Incluir la evaluación del calzado y la pisada en las revisiones periódicas del pie diabético.
• Calzado Terapéutico: Fomentar el uso de calzado adecuado y adaptado a las necesidades individuales.
• Plantillas Personalizadas: Considerar el uso de plantillas ortopédicas para corregir la pisada y distribuir la presión de manera uniforme.
• Inspección Diaria: Educar a los pacientes para que revisen sus pies diariamente en busca de cualquier signo de enrojecimiento, ampolla, callo o herida.
• Consulta Podológica: Remitir a los pacientes al podólogo ante cualquier problema o duda relacionada con sus pies.