El cuidado de nuestros pies es esencial para mantener una buena salud general y una de las preocupaciones a nivel de podología más comunes son las infecciones por hongos. Estas infecciones pueden prevenirse con prácticas simples y conscientes. Es por eso que aquí te dejamos…
Cómo prevenir los hongos en los pies.
Mantén los pies secos:
Los hongos prosperan en ambientes húmedos. Asegúrate de secar bien tus pies después de bañarte, prestando especial atención a los espacios entre los dedos.
Cambia de calzado y calcetines:
Usa calcetines de algodón que absorban la humedad y cámbialos si están húmedos. Alterna entre diferentes pares de zapatos para permitir que se aireen y se sequen completamente.
Opta por calzado transpirable:
Elige zapatos hechos de materiales que permitan la circulación del aire, como cuero o malla, para evitar la acumulación de humedad.
Evita caminar descalzo en lugares públicos:
Lugares como piscinas, gimnasios, duchas públicas y vestuarios pueden ser zonas propicias para la propagación de hongos. Usa sandalias o calzado protector en estos entornos.
No compartas artículos personales:
Evita compartir zapatos, calcetines, toallas u otros artículos personales, ya que esto puede facilitar la transmisión de hongos.
Mantén las uñas cortas y limpias:
Corta las uñas de manera regular y asegúrate de limpiar debajo de ellas para prevenir la acumulación de suciedad y hongos.
Utiliza polvos antifúngicos:
En casos de mayor riesgo, como en personas propensas a infecciones por hongos, el uso de polvos antifúngicos en los pies y en el interior de los zapatos puede ayudar a prevenir la proliferación de hongos.
Evita el calzado ajustado:
El calzado apretado puede crear un ambiente propicio para el crecimiento de hongos. Opta por zapatos que permitan la ventilación y no compriman excesivamente los dedos.
Mantenimiento adecuado de las herramientas como los cortauñas:
Asegúrate de que los instrumentos utilizados en salones de manicura y pedicura estén esterilizados adecuadamente o lleva tus propios instrumentos para reducir el riesgo de contagio.
Consulta con tu podólogo/a si es necesario:
Si observas cambios en la apariencia de tus uñas, piel o experimentas picazón persistente, busca la atención de un podólogo para un diagnóstico adecuado y tratamiento.